viernes, 15 de octubre de 2010

Francisco "Panchi/Magia" Morresi, nos deleita una vez mas.... Gracias Panchi y sos participe de este campeonato

Es sábado a la noche, él es joven, apenas está cursando la secundaria. Sus amigos, los de todos los días, se irán a bailar al boliche de moda de alguna ciudad vecina. Él debe quedarse a descansar; mañana domingo juega la final con el equipo de su pueblo, aquel donde sus primeros pasos se confun...d ...ían entre tropiezos y gambetas, y donde el primer gol le hizo sentir el mismo orgasmo que tiempo después repetiría con su novia, en la atmósfera pasional que permite el ritmo del soplido de aquellos besos insurrectos desprendidos del amor adolescente.

Está concentrado, concentrando. Quiere ganar. Quiere que el pueblo lo espere siendo un espejo itinerante de su propia e inmensa alegría, desde las ancas de la autobomba y sus sirenas.

Es sólo la 4ta división. Lo sabe. ¿Es sólo la 4ta división? Qué significa eso…

Parece una paradoja, pero LO ES. El elitismo es un sistema que aparenta haber corrompido hasta en las poblaciones más pequeñas, donde es raro que suceda, ya que la cotidianidad debería trabar la posibilidad de que alguien o algo resalte por sobre lo(s) demás, y pase(n) “Lo(s) demás”, a ser inferior(es) de ese alguien o algo, para vivir eternamente frustrado…

La 4ta división refleja, para el sistema, el espejo del futuro y del pasado, es la esperanza y lo perdido. Es donde los jóvenes se foguean y donde los viejos arden. Es la división donde se pulen los diamantes, y también, donde se estancan los cascotes. Él está del lado de los que se están fogueando, y mañana puede salir campeón: el símbolo espiritual que lo guiará para no quemarse. Mientras la ansiedad no lo deja dormir, sueña conciente un reportaje:

- ¿Cómo se siente ser campeón?-
“Es un halago al espíritu, es la caricia de ser elegido por meritos propios. También es la responsabilidad de trasmitir el triunfo a quienes quieren compartirlo. Siento que debo comunicar mi felicidad a través del contagio. Creo que el título es el sol y somos nosotros, el equipo, quienes lo alumbramos para que todo brille…”

-Alguna vez soñaste con algo así?-
"De qué otra manera hubiera sucedido esto, si antes no fue un sueño….… Claro que fue un sueño, es un sueño; veo colores impropios de la vida real, te veo a vos como me gusta ver a mí, veo al mundo como me gusta verlo a mí. Exijo que todos vivan éste sueño. Quienes quieran unirse al festejo, se subirán a una mágica fantasía que les dará felicidad real…”

-Te noto místico…-
“Es lo único Real…”

Despierta, es la mañana del domingo. Sus pies están tensos y su mandíbula le molesta de tanto apretar los dientes. Se baña, no sé porqué se baña, quizá se siente sudado por los nervios. Toma el desayuno rápido aunque se preparó hasta el tiempo para poder tomarlo tranquilo. Agarra luego el botinero y la campera y comienza su viaje de seis cuadras hasta el club. Saliendo de su casa se hace una promesa: “Si hoy ganamos le digo a mi vieja que la amo”, sonríe sabiendo que suena algo estupida la consigna, pero también sabe lo mucho que significa eso para él.

Llega al club y sin saludar se sienta al lado de un compañero, se miran, se hablan con la sonrisa de sus miradas y crean un vinculo perfecto con un idioma distinto. “Así se saben más cosas, las mejores…” piensa reflexionando sobre las cualidades de entenderse por la mirada.

El viaje en “combi” hacia la cancha se fracciona entre recuerdos de los partidos anteriores, y suposiciones sobre el futuro cercano. Pero entre medio de las estadísticas y apuestas, fluye en todos las nostalgia por saber compartir con otros exactamente el mismo sentimiento. Ésta vez, por más que para cada quien sea diferente, todos brillarán con el mismo color.

El partido comienza y enseguida se convierte en un trámite para los visitantes, es simple ver que su única estrategia es la de dar todo por el compañero y a la hora de atacar, se pregona el buen juego, y las buenas jugadas.

Los festejos esperan la formalidad del juego, que termina cuando el árbitro decide, y no cuando el resultado del desarrollo se define.

La gloria al fin se mete en los cuerpos de turno que empeñaron su tiempo y espíritu para lograr un ascenso en sus almas. La gente en el pueblo, aguarda la llegada de los elegidos, y el símbolo de la autobomba espera condecorar al grupo triunfador.

Todo es único, y lo único es de todos. Nadie “chapea” y nadie se siente afuera. El día termina. “Salir campeón en 4ta ha resultado de primera” bromea quien ya no recuerda los nervios de ayer, pero intuye el impacto real del mañana, donde todo se reduce a cierta monotonía y las medallas pierden parte del hechizo para pasar a ser el decorado de una Historia que pasó.

Es lunes ya, él se levanta para ir al colegio y la resaca empaña el sabor dulce del día anterior. Se viste con su uniforme y esta vez es tan tarde que no tiene tiempo para desayunar. Sale corriendo, apurado. Luego del portazo, el picaporte baja lento y firme dejando penetrar en las paredes la sombra del que ha vuelto. La madre en camisón grita desde el pasillo qué cosa se ha olvidado y le recuerda lo tarde que va.

Él respira profundo, y saca un aire cargado de sentimientos que se predicen en su voz: “Vieja, te amo…” La madre echa el llanto, y él se va sollozando una sonrisa que lo proclama campeón para siempre.

Francisco Morresi p/CLUB ATLETICO QUIROGA

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